España, geográficamente, es un país periférico para la industria europea del automóvil, tras el acuerdo de Renault, ¿se puede decir que el sector del automóvil en España, en sus actuales niveles de producción, tiene el futuro asegurado? Una vez superada la crisis económica, el sector de la automoción ¿podrá mantener el peso actual en la industria española o tendrá que reducir dimensión?
Vivimos un momento económico de gran incertidumbre, donde las previsiones cambian constantemente. En lo que al automóvil se refiere, la actual crisis contiene tanto elementos cíclicos como elementos estructurales y la salida a la misma debe basarse en estrategias que combinen medidas coyunturales con un posicionamiento hacia un cambio en tecnologías y productos. Esto es lo que el Gobierno está haciendo a través de los planes de apoyo a la oferta y la demanda y de iniciativas para el desarrollo de productos tecnológicamente más avanzados, como el vehículo eléctrico.
Es muy difícil prever cómo se comportará la demanda de coches dentro de unos años y, por lo tanto, hacer proyecciones de producción, pero si se trabaja en las líneas adecuadas y en los segmentos más innovadores el sector de la automoción en España continuará teniendo un peso importante dentro del conjunto de la industria.
También, se hace incidencia en la necesidad de mejorar y modernizar la logística, como elemento de competitividad ¿alguna iniciativa en este sentido?
Efectivamente, la logística es un elemento relevante para la competitividad y en algunos casos los costes logísticos pueden superar a los laborales. El Plan Integral de la Automoción (PIA) aprobado en febrero de 2009 incluye una serie de medidas por parte del Ministerio de Fomento para mejorar la logística del sector de la automoción que implican una inversión estimada de 950 millones de euros. Entre ellas se encuentran el plan de potenciación del transporte por ferrocarril de mercancías y el plan sectorial de transporte de mercancías por carretera, que en ambos casos inciden en la mejora de los costes del transporte por estos medios. En cuanto al transporte marítimo, con el objetivo de contribuir a optimizar la logística asociada al sector de automoción, el PIA recoge la puesta en marcha y explotación de dos autopistas del mar entre España y Francia: la ‘Atlántica’ (Vigo y Algeciras-Nantes/St. Nazarie y Le Havre) y la denominada ‘Círculo de Optimodalidad’ (Gijón- Nantes/St. Nazarie).
El pacto de competitividad suscrito por la parte social de Renault ¿en qué medida puede marcar un camino en el modelo de relaciones laborales del sector?
El acuerdo alcanzado entre Renault y sus trabajadores garantiza un marco estable para los próximos años. Es un ejemplo para todo el sector y demuestra que existen mecanismos para superar de forma dialogada y en un clima de paz social las situaciones coyunturales adversas y afrontar en unas mejores condiciones el medio y largo plazo.
Desde el Gobierno consideramos clave el diálogo y la colaboración entre empresas, trabajadores y las distintas administraciones. Es un modelo que da resultados, como ya hemos visto en el caso de la adjudicación del Audi Q3 a la planta barcelonesa de Martorell y después en Renault.
En todo el proceso de negociación en el sector de la automoción, en los últimos meses, ¿puede haber una sensación de que las constructoras están chantajeando a las administraciones con el empleo de los trabajadores?
Es evidente que el sector de la automoción es muy importante en términos de empleo, pero también lo es por su componente industrial, su fuerte actividad exportadora y por el efecto arrastre que tiene sobre el sector servicios. Son este conjunto de características las que hacen que el Gobierno lo considere estratégico para la economía española y le preste atención y apoyo en momentos de dificultades.
Recientemente, anunció la presentación de un plan integral para el despliegue del vehículo eléctrico, ¿cuáles serían las líneas maestras del plan?
La implantación del vehículo eléctrico exige armonizar medidas y planes de sectores muy diversos (eléctrico, automoción, infraestructuras eléctricas, tecnologías de la información y la comunicación) y nuestra intención es articular un plan que tenga en cuenta esta realidad. Para ello convocamos al sector privado a una ‘cumbre’ sobre el vehículo eléctrico en la que se firmó un memorando de entendimiento entre todos los sectores que como primer paso estipula la creación de un grupo de trabajo intersectorial a partir de cuyo trabajo elaboraremos el plan integral.
No partimos de cero ya que tenemos en marcha un proyecto piloto de introducción de vehículos eléctricos en tres grandes ciudades denominado MOVELE, pero queremos contar con la opinión de primera mano del sector privado, que es clave para el éxito del coche eléctrico y que también será el gran beneficiado de su implantación.
Ya hemos diseñado el sistema de funcionamiento del grupo de trabajo, que se pondrá en marcha a principios de año. El compromiso que tenemos es presentar el plan integral dentro del primer trimestre de 2010.
En líneas generales el plan integral contemplará medidas para promover la oferta y la demanda de vehículos eléctricos y para la creación de infraestructura de recarga, adaptación o modificación de normativas para fomentar su utilización, entre otras cuestiones.
Renault fabricará en Valladolid a partir de 2011, 20.000 unidades del primer modelo de producción masiva en España. Para ese año ¿qué tipo de despliegue de recarga puede tener el conjunto del país? ¿Lo desarrollarán varios operadores?
Lo más lógico es que la infraestructura de carga la desarrollen varios operadores. De hecho, al margen del proyecto MOVELE, existen iniciativas para introducir vehículos eléctricos que hacen distintas empresas. Actualmente existe potencia instalada una red de alta tensión con capacidad suficiente para admitir cuatro millones de vehículos eléctricos sin acometer ninguna inversión adicional a las previstas, según las estimaciones de REE, por lo que el esfuerzo tendrá que hacerse en las redes de distribución y, eventualmente, en las denominadas “electrolineras”. No obstante, como dije antes, el grupo de trabajo aún no ha emitido sus conclusiones y es aventurado hacer proyecciones de cómo funcionará un nuevo mercado.
¿Existe alguna previsión de actuación para que la industria auxiliar adapte sus producciones a la nueva tecnología? ¿Tendrán también ayudas de la administración?
Las ayudas articuladas a través del Plan de los Sectores Estratégicos específico para la automoción, que en 2010 ascenderán a 250 millones de euros, están abiertas tanto a fabricantes como a empresas de componentes, al igual que lo estuvo el Plan de Competitividad de este año. Además, el presupuesto de 2010 incluye una partida para facilitar avales por valor de 1.000 millones a las empresas de automoción. Todas estas iniciativas valoran especialmente las inversiones relacionadas con vehículos eléctricos. En 2009 se han concedido 56 millones en préstamos en condiciones muy favorables para que las empresas realicen proyectos de vehículos eléctricos con unas inversiones de 90 millones. Por otro lado, el MOVELE ha destinado parte de su presupuesto a ayudas para construir infraestructuras de recarga de vehículos.
¿A pesar de la prórroga para 2010 del Plan 200E teme que la posible retirada de ayudas en países del entorno pueda contraer de nuevo el mercado?
Como le decía antes hacer previsiones en momentos de incertidumbre económica es difícil y arriesgado. El Plan 2000E ha tenido un innegable efecto dinamizador en las matriculaciones y ha conseguido darla la vuelta a la situación: de las caídas de principios de año hemos pasado a crecimientos de más del 40 por ciento, según los últimos datos conocidos. Sin embargo, no debemos olvidar que es una medida coyuntural y que no está prevista su continuación cuando se agoten los 100 millones de euros que hay presupuestados para 2010.
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