Volvo y Vattenfall venderán sus híbridos enchufables (plug-in hybrid) en 2012

Utilizarán estos datos para afinar el diseño de los vehículos que esperan comercializar en Europa en 2012. Mediante el anuncio a principios de este mes de que lanzarán un híbrido conectable en Europa, Volvo se une a los planes de otros grandes fabricantes de vehículos para la creación de automóviles eléctricos. Compañías como Fisker, GM y Toyota han afirmado que empezarán a vender híbridos conectables en Estados Unidos a lo largo de los próximos años.

El híbrido conectable de Volvo, con un rango eléctrico de 50 kilómetros, está diseñado para el mercado europeo, donde la media de los trayectos es inferior a Estados Unidos. La compañía no ha señalado si venderá los vehículos conectables en Estados Unidos.

Hasta ahora, Volvo ha construido tres de los híbridos conectables para las pruebas preliminares y puede que construya hasta 50, dependiendo del rendimiento de estos primeros modelos. Uno de los coches puestos a prueba puede conducir hasta 50 kilómetros con un motor eléctrico de 100 caballos, alimentado por una batería de iones de litio, para después cambiar a un motor de diesel de 205 caballos.

Los otros dos coches tienen especificaciones similares, según la compañía. Todos los coches tienen dos enchufes: uno para recargar en aproximadamente 5 horas cuando se conecta a un enchufe normal de pared, y otro para recargar en aproximadamente 2 horas cuando se enchufa a una de las estaciones de carga especiales desarrolladas por una serie de startups asociadas con Vattenfall.

Los coches incorporan un sistema de “recarga inteligente” desarrollado por el Laboratorio Nacional de Argonne, en Argonne, Illinois. El sistema combina un cargador de batería con un teléfono móvil y GPS que transmite el estado de carga de la batería y la localización del vehículo, tanto si es una residencia o estación de carga, a la compañía eléctrica. “El coche no empieza a cargarse hasta que llama a la compañía eléctrica y obtiene la autorización,” afirma Ichiro Sugioka, director científico del Centro de Concepto y Seguimiento de Volvo, en Camarillo, California.

Volvo puede que incorpore un sistema de seguimiento similar en las versiones comerciales de los híbridos conectables si las pruebas actuales demuestran su utilidad. Potencialmente, los sistemas de recarga inteligentes podrían permitir a las compañías suministradoras optimizar el uso eléctrico, evitando recargas innecesarias durante las horas de mayor demanda eléctrica.

Otra razón para reunir este tipo de información es debido a que se puede utilizar para optimizar el diseño del coche. De hecho, Volvo está trabajando con varios fabricantes de baterías, cuyos nombres no ha querido señalar, y aún no ha finalizado el diseño del vehículo, afirma Sugioka.

Algunas baterías tienen una mejor densidad de energía y pueden durar más tiempo sin tener que recargarse; algunas son más potentes. “Queremos poner el coche en manos de la gente y ver si lo utilizan como dicen que lo van a utilizar,” señala Sugioka. Desde 1992, la compañía ha puesto a prueba una serie de diseños de híbridos conectables. “No llevamos al mercado ninguno de los conectables anteriores porque el coste de las baterías era demasiado alto como para justificar una pérdida,” afirma.

Vattenfall colabora con Volvo y tiene la esperanza de poder solucionar los problemas derivados de la adopción masiva de los híbridos conectables y coches eléctricos, y cómo todo esto afectará a la red eléctrica. En el peor de los casos, todos aquellos que tengan uno de estos coches llegarán a casa después del trabajo a las 17 horas y lo enchufarán, lo que provocará tensiones en la red y un posible apagón. “¿La gente acabará enchufando el coche cada vez que pueda o no? No creemos que ese vaya a ser el caso, pero por ahora lo único que tenemos son modelos informáticos,” afirma Sugioka.

Los colaboradores suecos también harán un seguimiento de cómo recarga la mayoría de la gente los coches en los garajes, o cómo toman partido de las estaciones de carga rápida localizadas en lugares públicos, que podrían ofrecer electricidad que sólo proviniese de fuentes renovables, como el viento. Sugioka afirma que Vattenfall no ha anunciado aún qué compañías suministrarán las estaciones de recarga o cuántas habrá.

Los conductores podrían utilizarlas para una recarga rápida y así evitar usar el motor diesel. “Las recargas rápidas calientan las baterías y acortan su vida útil,” afirma Sugioka. Las recargas rápidas también afectan a la red eléctrica si se utilizan durante las horas de mayor demanda, en vez de recargar los coches por la noche en casa.

Este proyecto sueco es uno más entre una serie de estudios que se están llevando a cabo para conocer la forma en que la población utilizará los conectables. Un grupo de antropólogos dirigidos por Tom Turrentine, director de Centro de Investigación de Vehículos Eléctricos Híbridos Conectables, en la Universidad de California, ha distribuido varios vehículos conectables equipados con sistemas de seguimiento entre varias familias.

“Creemos que la gente llevará a cabo algunos ajustes en sus vidas para así ahorrar energía y combustible, aunque es difícil predecir el tipo de cambio del que estamos hablando: somos criaturas de costumbres,” afirma Keith Hardy, director de actuaciones de la sociedad FreedomCAR and Fuel en el Departamento de Energía de los Estados Unidos.

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Volvo and Vattenfall to offer plug-in hybrid in 2012

Stockholm ­ Volvo and the Swedish energy concern Vattenfall have formed a joint venture to market a plug-in hybrid electric- diesel vehicle by the year 2012, it has been announced.

According to the car maker, the vehicle will mark the next development stage for hybrid drive because the battery can be loaded from a conventional 220 volt electric socket, enabling a range of between 50 and 60 kilometres that makes the use of a diesel or petrol combustion engine unnecessary on many trips.

Volvo is currently testing a V70 plug-in hybrid but the car maker has so far not revealed in which segment it will introduce the vehicle. Some reports have suggested that it could be based on the Volvo C30.

The new generation of the plug-in has the electric engines running on a lithium-ion battery pack. The diesel engine takes over when the battery is down which runs a generator that in turn recharges the batteries. The plug-in is used mainly for overnight recharging of the batteries. Vattenfall’s share of the project will include the provision of electric loading stations and logistics.

This summer, Swedish car company Volvo and European energy company Vattenfall will begin testing plug-in hybrids and gathering data about how people actually drive the cars and where they recharge them. They’ll use the data to refine the design of vehicles that they hope to bring to the European market in 2012.

In making its announcement earlier this month that it will introduce a plug-in hybrid in Europe, Volvo joins other large automakers in plans for the alternative vehicles. Companies including Fisker, GM, and Toyota have said that they will begin selling plug-in hybrids in the United States in the coming years. The Volvo plug-in hybrid, with an all-electric range of about 50 kilometers, is designed for the European market, where the average trip is shorter than in the United States. The company has not said whether it will sell plug-ins in the United States.

So far, Volvo has built three of the plug-in hybrids for preliminary testing and may build as many as 50, depending on how well these first models perform. One of the cars being tested this summer can go up to 50 kilometers on a 100-horsepower electric motor powered by a lithium-ion battery before switching to a 205-horsepower diesel engine. The other two cars have similar specifications, according to the company. All the cars have two plugs: one for recharging in about five hours when plugged into a standard wall socket, and one for recharging in about two hours when plugged into special charging stations developed by startup companies working with Vattenfall.

The cars incorporate a "smart-charging" system developed by the Argonne National Laboratory, in Argonne, IL. The system combines a battery charger with a cell phone and GPS that transmits the charge status of the battery and the vehicle’s location, be it a residence or a charging station, to a utility operator. "The car doesn’t start charging until it calls the [utility] company and gets the okay," says Ichiro Sugioka, a science officer at the Volvo Monitoring and Concept Center, in Camarillo, CA.

Volvo may incorporate a similar monitoring system into the commercial versions of the plug-in hybrids if the current tests demonstrate its usefulness. Potentially, the smart-charging system could allow utilities to optimize electricity usage, avoiding unnecessary charging during times of high electricity demand.

Another reason to gather this kind of data is that it can be used to optimize the design of the car. Indeed, Volvo is working with multiple undisclosed battery manufacturers and has not yet finalized the vehicle’s design, says Sugioka. Some batteries have a better energy density and can go longer between charges; some are more powerful. "We want to get the car into people’s hands and see if they use it as they say they would," Sugioka says. Since 1992, the company has tested a number of plug-in hybrid designs. "We did not bring any of the previous plug-ins to market because battery costs were too high to justify taking a loss," he says.

Vattenfall is working with Volvo in hopes of addressing concerns about how the widespread adoption of plug-in hybrids and all-electric vehicles will affect the electrical grid. The worst-case scenario is that everyone who owns one of these cars will come home from work at 5 P.M. and plug in, leading to stresses on the grid and possible brownouts. "Will people plug in at every opportunity or not? We don’t think that’s going to be the case, but we only have computer models," says Sugioka.

The Swedish collaborators will also monitor whether most people charge the cars in garages or will take advantage of fast-charging stations located in public places, which could offer electricity solely from renewable sources of power, such as wind. Sugioka says that Vattenfall has not yet announced which companies are providing the charging stations or how many there will be. Drivers could use them for a fast charge to avoid having to employ the diesel engine–but there is a trade-off. "Fast charging heats up the batteries and shortens their lifetime," says Sugioka. Fast charging may also strain the electrical grid if people use it during peak hours, instead of charging the cars at home at night.

The Swedish project is one of a number of studies under way to monitor how people will use plug-ins. A group of anthropologists led by Tom Turrentine, director of the Plug-in Hybrid Electric Vehicle Research Center, at the University of California, Davis, has distributed plug-in vehicles equipped with monitors to several families. "We suspect that people will make some adjustments to save energy and oil, but it’s hard to say how much people will change: we’re creatures of habit," says Keith Hardy, acting director of the FreedomCAR and Fuel partnership at the U.S. Department of Energy.

www.volvo.com/group/volvosplash-global/en-gb/volvo_splash.htm

www.vattenfall.com/